
Sin embargo, las luces del juego provocaban reacciones nocivas en el jugador, como alucinaciones auditivas y visuales, ataques epilépticos, terrores nocturnos, mareos, vómitos y pérdidas de la memoria. Otros aseveran que, con el rabillo del ojo, era posible ver caras fantasmales en la pantalla, así como mensajes que incitaban a la apatía social, la rendición de la voluntad, el no cuestionamiento de la autoridad, o el suicidio. También se dice que, junto con los estruendosos sonidos del videojuego, era posible escuchar voces y lamentos.
Esta leyenda urbana tambén se vincula con los Hombres de Negro. Varios jugadores dicen que dos hombres de traje negro aparecía en las salas de juego para apuntar sobre los efectos del videojuego. Incluso se comentó que los agentes se quedaron atónitos cuando miraron a la pantalla de la máquina. Al final, los periódicos de Portland publicaron sobre el fallecimiento de un jugador a causa de un ataque epiléptico. Al día siguiente, los Hombres de Negro acudieron a todas las salas, llevándose las unidades de juego, para nunca más volver. Esta leyenda urbana es tan conocida, que incluso fue honrada con una aparición en Los Simpson.
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